24 de octubre de 2009

Cuando Valentina entró, tuvo un pantallazo general de todo el recinto, para luego mirar un poco más detalladamente.
Lo primero que vio, fueron esas luces flasheantes que había en aquel lugar. Eran realmente brillantes, pero no tanto como para usar anteojos de sol. Y digo anteojos de sol, porque otra de las cosas que vio Valentina ahí era que muchas personas tenían puestos anteojos de sol, y sostenían botellas de agua en la mano.
Ella pareció darse cuenta, con tan solo esos detalles, de lo que pasaba en ese club.
Una vez sola había estado en un lugar así en Argentina. Y se podría decir que casi ni estuvo, ya que solo entró para sacar a Giselle de ahí.
Al recordar esto, Valentina sintió de nuevo esa bronca que le tenía al novio de Giselle en esa época por llevarla a esos lugares cuando ellas tan solo tenían quince o dieciseis años.
Siguió mirando, había una gran barra en la que obviamente, vendían tragos. Y luego, al rededor, había una especie de mesas.
Más allá de la oscuridad del sitio, corrompida por esas luces flasheantes, Valentina, alcanzó a ver que arriba de esas mesas, había cajitas de caramelos. Ella no era idiota, y adivinó que clase de "caramelos" eran esos. Mejor dicho, no eran caramelos. Eran drogas.
Valentina nunca había probado drogas. Se había emborrachado, había fumado, pero nunca drogas. Eran algo totalmente lejano a ella, porque nunca le habían llamado la atención. Pero no podía decir eso ni comportarse como una nena en el medio de semejante lugar y con semejante banda. Tenía que actuar como si ya conociera todo eso.
- Alguna vez fuiste a un lugar como éste? - le preguntó William, medio gritando, ya que la música ahí era ensordesedora.
- Emm, sí, fui un par de veces a uno de estos lugares - mintió Valentina, con aires de grandeza.
Valentina de repente se encontró sola en el medio de todo eso. Trataba de buscar con la mirada a la banda, pero no los encontraba. La música estaba al máximo decivel, y no se atrevía a moverse de su lugar.
Estaba a punto de dar un paso para buscarlos, más allá de su inseguridad, cuando sintió que alguien le tocaba los hombros. Era Noah.
- Qué hacés acá sola? - dijo riendo él.
- Nada, es que, de repente se fueron todos... de qué te reís? - respondió y preguntó a la vez ella.
- No sé, no sé ni de que me río - siguió riendo él, y ella se dio cuenta de lo que pasaba con Noah
- Vení, vamos con la banda - le dijo a ella, mientras la tomaba de la mano, y la llevaba por entre medio de la gente.
Llegó y estaba toda la banda en un rincón del lugar, donde había una especie de sillones. Ella se sentó al lado de Binzy, que estaba fumando. Pero él no fumaba un cigarrillo cualquiera, era un cigarrillo de esos que te hacen reir y te ponen los ojos rojos. Esos que se fuman tomándolos con el dedo índice y el pulgar.
Valentina, que estaba tomando de un vaso que tendría quién sabe qué mezcla alcohólica, lo miró de repente, y el le devolvió la mirada.
- Querés? - le convidó Binzy, mostrándole aquel cigarrillo extraño.
Valentina, que ya sentía que la cabeza le daba algunas vueltas, aceptó, y tomó ella también el cigarrillo.
Noah estaba a su lado, y besándole el cuello, como en el hotel, le dijo: "Pronto vas a sentir que todo te da vueltas".
Ella cerró los ojos, y le pegó una pitada al cigarrillo.
Unos minutos después, abrió los ojos, y sintió una especie de mareo.
Noah tenía razón, todo le daba vueltas. Sentía unas incontenibles ganas de reir. Y reía. Reía sin saber por qué, mientras Noah la besaba y la besaba.
Tenía la mirada perdida, y aún estaba con el cigarrillo en la mano.
Volvió a pitar, esta vez, más decidida.
No quería que esa sensación de vueltas y vueltas y colores psicodélicos se fuera. Quería seguir dejándose llevar por ese efecto, y por los besos de Noah.
Ya no estaba en aquel club nocturno, estaba en otro lugar, dónde ella y Noah hacían el amor sin parar. Y ella reía.
- Lucy - dijo Valentina pitando otra vez.
- Quién? - le preguntó Noah.
- En el cielo, con diamantes.
- Yo solo veo corbatas de plastilina.
Y siguieron juntos, diciendo cosas sin sentido, besándose, como si nadie más estuviera allí.

2 comentarios:

  1. ESTA HABLANDO DEL FAAAAAAAAAAAAAAAASO!

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  2. Yo veo plantas de mandarina, sisisi.
    Tres capitulos de corrido, muchas gracias :)

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