12 de octubre de 2009

Estaba parada frente a la puerta a punto de entrar, pero con un jean y una remera de Draft, era bastante obvia la situación, así que sacó de su mochila (de Draft también) su sobre todo, porque ese día hacía mucho frío, y se lo puso.
Era muy parecido al que usaba el cantante de Draft, mejor dicho, era casi igual al que usaba el cantante de Draft, y era a propósito, ya que lo había mandado a hacer para que fuera así.
Cuando tuvo el sobretodo puesto, arriba de la mochila incluso, para no levantar sospechas, entró al lujoso y caro hotel Sheraton.
Había mucha gente en el vestíbulo, pero casualmente nadie en la puerta. Es que estaban todos los de seguridad concentrados en la gente que se colgaba de las rejas y gritaba y gritaba, como el gordito, pero aún así le parecía raro que no hubiera portero.
Miraba todo, y también miraba que la recepción estaba llena de gente, y en el vestíbulo había sin fin de periodistas, y el personal del hotel estaba muy ocupado como para fijarse en ella. Sonrió al darse cuenta de eso.
En eso ve a una mucama que pasa con toallas y la para.
- Disculpe, le puedo hacer una pregunta? - le dijo a la mucama.
- Sí claro, señorita, qué necesita? - le contestó la mucama.
- Esas toallas son para algún miembro de la banda Draft?
- Sí señorita, lo son.
- Si le doy $100, me deja a mi llevarlas? - preguntó Valentina con una mirada hasta penetrante.
- Señorita, no quiero tener problemas, sepa disculparme, pero no podemos dejar subir a nadie a las habitaciones del piso donde se encuentra Draft.
Valentina miró hacia su alrededor y descubrió que había seguridad en todos lados, en los ascensores, en las escaleras.
- Por favor! Y si te doy $150? - insistió.
- No señorita, disculpe, pero ya le dije que no, ahora, por favor, déjeme llevar esto - le contestó la mucama, y se fue.
Valentina se sentía mal, pero no se había rendido del todo.
Salió del Hotel y vio que la situación era la misma, gente gritando, guardias, el gordito trepándose a las rejas...
Volvió a entrar, y justo ve a un botones llevando una botella de champagne, de esos muy caros, en sus manos, y yendo directo a la escalera. Parecía un chico joven. Lo llamó.
- Puedo ayudarla en algo, señorita? - le preguntó el botones.
- Te gusta Draft? - respondió ella, también con una pregunta.
- A decir verdad mucho jajaja, desde hoy que me están mandando a llevarles cosas pero nunca me mandan a llevarle algo al cantante - dijo él con cara de resignación y agregó - Este champagne es para el guitarrista, pero mi ídolo es el cantante.
- Mi ídolo es el guitarrista, y te quería preguntar si no me hacés una gauchada y me dejás llevar eso, y vos le llevás otra cosa al cantante, qué sé yo? Agua, o alguna boludez, decile que es cortecía o no sé, pero dejame llevarle esto al guitarrista, lo amo con todo mi ser, te doy $100, me dejás? - le dijo casi en una súplica Valentina al botones.
- Ah entonces a vos también te gustan! Obvio flaca que te dejo, y no hace falta que me des $100... pero... me gusta mucho tu sobretodo, se parece al del cantante. Si me lo das, te consigo un uniforme de mucama así le llevás esto al guitarrista y nadie se da cuenta - le dijo el botones guiñándole un ojo.
El sobretodo que llevaba puesto Valentina le había costado $100, justamente.
Lo pensó dos segundos, y como era un sobretodo unisex, de modelo standar, le dijo que sí.
El la hizo pasar a un cuarto de servicio lleno de escobas, baldes, y esas cosas, y le dijo que la esperara.
A los diez minutos mas o menos, volvió con un uniforme y le dijo que se vistiera rápido y llevara el champagne.
Ella se vistió en cuestión de dos minutos y salió.
Era gracioso verla así vestida, con el uniforme, y zapatillas abajo, pero como iba a subir rápido nadie se daría cuenta.
Se paró al lado del ascensor y le mostró el champagne al guardia que había ahí, subió acompañada por el botones, que llevaba la mochila con el sobre todo adentro medio escondida entre toallas.
El guardia las dejó pasar, y ellos subieron hasta el piso indicado.
Al llegar al piso indicado, y al llegar, Valentina vio que en el piso, también había un guardia, o mejor dicho, dos, uno en cada punta del piso.
- Vos metete ahí, que yo voy a distraer a aquel cuida, así entrás y te quedás un ratito - le dijo el botones mientras le daba su mochila, y se quedaba con el sobretodo.
Valentina lo vio irse para la otra punta del piso con su sobretodo en la mano, y sintió una especie de tristeza por su sobretodo, seguida de una felicidad bárbara de poder ver al guitarrista.
Entonces, entró en el cuarto.
Escuchó un ruido a ducha, y supuso que su ídolo estaba bañándose.
Dejó el champagne en una mesita que había ahí, y aprovechó para cambiarse, nuevamente, en cuestión de dos minutos, y ponerse su jean y su remera.
Vio una guitarra al lado de la cama. La tomó y se quedó mirándola un ratito pensando "Esta es la guitarra de mi Noah" con sus ojos llenos de amor, y se puso a tocar una canción de The Beatles, se puso a tocar Let it be.
Estaba tan concentrada que no se hubiera dado cuenta de que Noah había salido del baño (vestido, por cierto) si el no la hubiera sorprendido con un "Quién sos? Qué hacés acá? Cómo entraste? Dónde está el guardia?".

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