12 de noviembre de 2009

Desafortunadamente no. No sería solo esa noche, que Valentina tendría que soportar a Jackie con la banda...y ella.
Salieron de aquel bar alrededor de las siete de la mañana, borrachos, drogados y amanecidos. Incluso Jackie. Que aunque era recién conocida en la banda, no era tonta, y se había tomado un par de botellas también.
Valentina solía reirse mucho cuando estaba borracha o drogada. La curda le sentaba bastante alegre, pero esa vez no. Esa vez tenía los ojos, además de rojos, llenos de furia, de bronca, de ganas de patear todo y meter a Jackie en un container. Pero no lo hizo. Soportó esas ganas borrachas, pero bastante sobrias de querer "romperle todo" a Jackie.
Estaban sentados todos en una plaza, como si todos fueran adolescentes que acababan de escaparse del colegio. Como en el bar no habían tenido oportunidad de conocer a Jackie, comenzaron a hacerle preguntas en aquella plaza.
- Tengo raíces venezolanas. - rio, y la furia de Valentina pareció aumentar. Esa risita tan de "tonta" que Valentina no soportaba, la hacía querer tirarle algo en la cabeza a Jackie. - Pero soy inglesa inglesa, eh? - añadió.
- Como nosotros. Bueno, excepto Valen. - acotó Binzy.
- Ah, de dónde sos vos? - preguntó Jackie sonriendo, lo que hizo que a Valentina le aumentara la rabia en los ojos.
- De Argentina. - sonrió falsamente Valentina. - De la tierra de los MEJORES asados del mundo, my dear.
- Ah, es un país muy bonito. Lástima que haya taaanta inseguridad ultimamente. - contestó Jackie. Aquel comentario escondía una especie de "agresión" en su halago. Valentina solo se limitó a seguir tomando de la botella que tenía en la mano.
- Bueno, como iba diciendo. Soy inglesa de verdad, de aquí. Solo que mi madre es venezolana. Y bueno, aún estoy en el colegio, pero no me quedan muchos años allí. - siguió contando Jackie.
Estuvieron dos horas ahí charlando. Valentina se mantenía callada, distante y fría. Casi ni acotaba opinión. Solo cuando le pedían que dijera o contara algo, u opinara.
Eran alrededor de las nueve de la mañana cuando cada uno se fue a su casa.
Valentina entró rápidamente a la casa de Noah, y al meterse en su cuarto, pegó un portazo.
- Cuidado! - le gritó Noah desde el pasillo.
- No la soporto! - chilló aún más fuerte ella, y puso su cara sobre un almohadón para descargar la ira en un grito.
- No seas infantil. - la retó Noah entrando repentinamente en la habitación.
- Infantil?! Vos viste los comentarios que hacía?! "Lástima que haya tanta inseguridad ultimamente", es una zorra esa Jackie! Encima "Jackie", Jackelyne, qué clase de nombre es ese?! Nombre de cabaretera!
- Basta Valen. Ni siquiera te diste la oportunidad de conocerla.
- Dejá de defenderla, Noah. Cómo querés que conozca a alguien que me está agrediendo?
- Convengamos que vos empezaste. Cuando ella preguntó lo de Arthur vos le contestaste bastante mal.
Valentina miró con importencia y enojo a Noah. Sabía que él tenía razón y ella odiaba eso. No le contestó nada, y se metió en la ducha.
- Dale, Valen. No te enojes así. - le dijo él, apoyándose en la puerta.
- Dejame. No me hables. Me enojé. - le contestó ella, con la voz medio quebrada.
- Me dejás entrar? - pidió permiso Noah.
- No. Dejame. Andate a dormir. - lo mandó ella.
- No me voy a dormir hasta que no vengas vos.
Valentina se bañó sin contestarle más nada. Cuando salió, se encontró con Noah sentado en la cama, esperándola.
- Seguís enojada? - preguntó inocentemente él.
- Sí. Y probablemente siga así por mucho tiempo. - contestó ella sin mirarlo.
- Que tierna que sos. - le dijo él con dulzura, y tomando su cara con una mano. - Me encanta cuando te enojás así. Parecés una nena chiquita. Bah, sos chiquita.
- Basta. No soy chiquita. Tengo dieciocho años. - alardeó ella orgullosa.
El se rio, y siguió mirándola con ternura.
- Es verdad, sos muy grande. Sos tan grande que te enojás por boludeces, y te hacés la cabeza, y no entendés que vos sos única. Que ninguna Jackie va a ocupar tu lugar. - dijo Noah, y le besó la mejilla con ternura.

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