19 de noviembre de 2009

DEDICADO A LA MEJOR HERMANITA MENOR A DISTANCIA QUE PUEDO TENER. QUIÉN MÁS SINO VOS, JACKIE, LYLA, GABRIELA? :)

Se acercó bien hacia ella, y cara a cara le dijo:
- Ah sí? Mmm... sabés que no? No podés irte solita a Argentina.
- Por qué no? - preguntó Valentina desafiándolo con la mirada.
- Porque necesitás tener más de veintiun años para salir y entrar del país a tu antojo. Y cuántos me dijiste que tenés vos? Ah sí, dieciocho. Y adiviná cuántos tengo yo... Vein-ti-cin-co. - contestó él sobrándola y con una sonrisa sarcástica en el rostro.
Valentina sintió que la ira le recorría todo el cuerpo. Ganas de pegarle en la cara a Noah no le faltaban. Y lo peor de todo, era que él tenía razón.
Se quedó mirándolo, con los ojos enfadados igual que ella.
Noah vio que Valentina no respondía, así que se fue, y apenas él salió, Valentina rompió en llanto.
No le gustaba esa parte de Noah. Le encantaba su sarcasmo recurrente, esos comentarios bien irónicos, y acompañados de la típica sonrisita sobradora. Pero no le gustaba que el utilizara todo eso con ella.
Se quería ir, verdaderamente, se quería ir. Ya no aguantaba estar allí. Tener que soportar la humillación pública, el haber quedado mal con tanta gente, y que eso, encima, saliera en las noticias. Tener que soportar estar peleada con William, con Noah, con Jackie. Era demasiado para ella.
Era demasiado para una chica de dieciocho años. Maldecía el momento en el que se había metido en la habitación de Noah. En ese momento, todo lo que tuviera que ver con Noah le parecía horrible. En ese momento, Noah le parecía horrible.
Salió del cuarto ella también, dispuesta a dar unas vueltas por las calles de España.
Estaba por subir al ascensor cuando se dio cuenta de que se había olvidado el abrigo. Volvió y en el pasillo se encontró a Jackie saliendo de la habitación de William. Tenía los ojos aguados, como si hubiera estado llorando mucho.
Automáticamente Valentina sintió más enojo, y la rebajó una vez más.
- Qué pasa? Por qué llorás? Ja, seguro que William se dio cuenta de lo estúpida que sos y ahora te quiere pegar una patada y mandarte a Inglaterra de nuevo. O no? - le dijo imitando una sonrisa.
Jackie la miró, y solo atinó a decirle un "Dejame en paz" y a secarse las lágrimas que aún empañaban sus ojos.
Valentina se dio cuenta de que algo le pasaba.
- Hey, qué te pasa? Por qué llorás? - le preguntó con compasión.
- Nada, nada. No importa. - respondió Jackie, y agregó - Qué te pasa a vos? Me vas a decir que ahora, de repente, querés ser amiga mía y te interesás por lo que me pasa?
Valentina notó el rencor en la voz y en la mirada de Jackelyne.
- No. No digo que amigas. Pero ambas somos mujeres, y creo que nos podríamos entender mejor. Además, estás llorando, algo te pasa.
Terminó de decir esto, y sacó unos pañuelitos descartables del bolsillo para dárselos. Jackie los tomó y guardó el pañuelo todo mojado y sucio que tenía en la mano.
- Gracias. - dijo mientras se sonaba la nariz. - Estaba llorando porque... bueno, no sé como explicarlo. Es que hoy hace un mes de... de que... - Jackie no terminaba la frase, y Valentina, un poco impaciente, la apuró.
- Dale, qué? Decime. Un mes de qué?
- De que perdí a mi hijo. - dijo por fin Jackie, bajando la cabeza.
Valentina se quedó en silencio. No sabía que decir.
- Bueno. Son cosas que pasan. De seguro no fue tu culpa. - fue lo único que pudo decir Valentina.
- Sí, sí que fue mi culpa. Intenté suicidarme. Por eso. Estaba de un mes embarazada. Y por una pelea estúpida con el padre, me quise suicidar. - dijo en un sollozo Jackelyne.
- Bueno, entonces es un poco diferente. Pero... por qué discutieron? - preguntó Valentina.
- Porque... el no se quería hacer cargo. El quería que me quitara el bebé y yo no soy capaz de hacer una cosa así. Pero ya está, voy a tratar de no pensar más en eso. Fue una estupidez que cometí y listo. - Jackie se levantó del piso, ya que estaba sentada, y miró a Valentina.
- Gracias. Por entenderme y por no humillarme con eso. - le agradeció Jackelyne.
- No. No sería capaz, y no tenés que agradecerme. Tenés que disculparme. Disculpame por ser tan estúpida y por pelearte tanto... y por esos moretones que tenés ahí. - dijo riendo Valentina.
- Jajajaja, bueno, y vos disculpame por ocasionar tu pelea con Noah. Igual, quedate tranquila, porque no voy a robarte tu lugar en la banda. Ya me voy yo.
- Qué? Te vas? A dónde te vas?
- A la casa de mis tíos. Tengo tíos acá en España. Y como durante un mes no tengo clases en mi colegio de Inglaterra, voy a pasar dos semanas más acá. Ellos viven como a veinte cuadras de acá, del hotel.
- Ah, y... hoy te vas?
- Sí. Ahora, dentro de un rato.
- Ah. Bueno, yo estaba por salir a dar una vuelta. Querés venir?
Jackie aceptó la invitación. Ambas buscaron sus abrigos, y salieron.
Cuando Noah, William y el resto de la banda las vieron salir juntas del hotel y hablando se quedaron boquiabierto.
- Jaja, son mujeres. Un día se agarran de los pelos y al otro día están hablando como si nada. - rió Arthur.
Los demás también rieron un poco, y se preguntaron qué habría pasado como para que ellas se "reconciliaran", por así decirlo.
Ellas iban por la calle, y en esa hora y media que estuvieron paseando, se conocieron un poco. Valentina descubrió que tenía muchas cosas en común con Jackie. Como que a ambas le gustaba la música británica, ambas amaban a Draft, ambas tenían raíces latinoamericanas, y ambas adoraban el helado de dulce de leche granizado.
Pararon en una heladería y ambas se compraron un helado de ese gusto. Jackie había pedido el suyo de dulce de leche granizado y frutos del bosque. Y Valentina lo había pedido con crema americana.
Recorrieron galerías, miraron locales, se fascinaron con minifaldas y zapatos de taco alto de animal print.
- No sabía que te gustaba la ropa llamativa como a mi. - le dijo Valentina a Jackie.
- No? Adoro los tacos altos de animal print. Tengo un par en mi casa, de hecho. - respondió ésta.
Cansadas de tanto mirar y recorrer y caminar durante una hora, se sentaron en el banco de una plaza, y se prendieron un cigarrillo cada una.
- Amo los Benson mentolados. - dijo Jackie.
- A mi también me gustan mucho. - respondió Valentina, mientras pitaba su cigarrillo.
- Jajaja, otra cosa que tenemoss en común - rió Jackie.
Valentina también rió, y miró el rostro de perfil de Jackie.
- Sabés? Vos me hacés acordar a otra chica que conocí hace poco, bah, no tan poco. Una chica que me crucé en Venezuela, Laila se llama. - le comentó con una sonrisa remembrante.
- Sí? Jajaja, tal vez sea prima mía. - volvió a reir Jackie, y Valentina también. Y Jackelyne agregó - Vos me hacés acordar un poco a una prima mía. Se llama Sally.
Justo al terminar de decir eso, miró la hora, y se dio cuenta de que eran casi las once. El taxi que la llevaría a la casa de sus tíos estaba por llegar al hotel.
- Uy, ya es tarde. Vamos para el hotel, antes de que venga mi taxi. - dijo de repente, levantándose del banco de la plaza y tirando lo poco que le quedaba ya a su cigarrillo.
- Sí? Bueno, vamos. - se levantó también Valentina, e hizo lo mismo con el resto de su cigarrillo.
Ambas fueron caminando hacia el hotel. Si total, no estaban lejos.
Cuando llegaron, subieron rapidamente, y un botones bajó las maletas de Jackelyne. El taxi llegó diez minutos después.
Jackie se despidió uno por uno de la banda, y cuando llegó el turno de Valentina, le dijo sonriendo:
- Vos y yo no nos conocimos bien antes. Empezamos mal, pero hoy, vi otro lado de vos, que me hizo cambiar de opinión, e hizo que me cayeras bien.
Valentina la miró con ternura, y respondió:
- Lo mismo digo. Y lamento haber empezado esta estúpida pelea. Vos también me caíste bien hoy.
- Yo también tuve culpa por seguir la pelea. Pero, ya qué? No importa. Lo importante es que aunque haya sido hoy, el último día que estoy con ustedes, con la banda, nos pudimos conocer aunque sea un poco, y ambas llegamos a la conclusión de que ahora nos caemos bien.
Las dos rieron, y se saludaron con un "casi abrazo".

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