2 de diciembre de 2009

- Que lindo sería ser Noah en estos momentos... - exclamó William con una sonrisa, y apoyado contra el marco de la puerta.
Valentina tardó unos segundos en darse cuenta de lo que William quería decir. Hasta que notó que tenía la bata abierta y podía verse parte del conjunto y su panza desnuda con el piercing en el ombligo.
Solo se limitó a sonreír.
- Por qué sos tan bonita? - le preguntó el también sonriendo y queriéndola tomar por la cintura. Valentina le sacó las manos.
- Está todo bien entre Noah y yo, y no quiero que eso se arruine.
- Tampoco querés que te de besos? - dijo William y le besó el cuello. Era muy difícil resistirse a los encantos de William a veces.
- Va a venir Noah en cualquier momento. - fingió preocupación Valentina, sin sacar a William.
- No me respondiste. - Qué iba a responderle ella? William avanzaba de a poco, y Valentina no podía negarse. Esos besos. Los besos de William chocando en su cuello y en sus hombros eran irresistibles.
- Supongo que Arthur talvez lo entretenga un rato... - fue lo último que dijo Valentina antes de volver a caer en los brazos de William.
Nuevamente terminaron desnudos en el piso. Las camas parecían innecesarias en esas situaciones. William tenía a Valentina apoyada en su pecho, y con una mano le frotaba el brazo. Con la otra, sostenía un cigarrillo. Ambos miraban el techo. Estaban tapados apenas con una sábana.
William miró la hora en un reloj de pared, cuando de repente escuchó la voz de Noah, un poco borracha, en el pasillo del piso en el que se encontraba Draft.
- Ese es Noah. - dijo algo alarmado e inclinándose un poco.
- Sí, es Noah. - Valentina se levantó repentinamente, y William hizo lo mismo. La voz de Noah estaba cada vez más cerca de la puerta.
William tomó la sábana tirada en el piso, y Valentina la ropa, también tirada y esparcida en el piso, y la tiró debajo de la cama, junto con la sábana que había juntado William.
Noah estaba frente a la puerta de la suite hablando con Arthur. Qué harían? Ambos estaban desnudos y desesperados.
- Dónde me escondo? - dijo casi en un susurro William, con ojos desesperados, que miraban a Valentina.
- No sé! No sé! - le respondió ella con la misma desesperación, corriéndose el pelo de la cara.

1 comentario:

  1. A Valentina le cabe violentamente la fiesta.
    Cada día escribís mejor, chiquita =)
    Hacía mucho que no pasaba por acá, pero me leí todo y me puse al día... Ahora te sigo a tiempo.

    Abrazo
    SNM

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