28 de febrero de 2011

Hola.
Estoy triste, enojada, con cara de orto y ganas de llorar y no me sale llorar pero sé que seguro antes de dormir me ponga a llorar.
Extraño a Brenda. No es lindo ver a una de las mejores amigas que tuviste irse en un tren camino a Retiro para tomarse un micro a Mar del Plata para irse a vivir allá, y vos quedarte en la estación, lagrimeando y sabiendo que no podés hacer NADA para impedir que se vaya. Más si un rato antes estuviste ayudando en la mudanza de una casa en la que te quedaste a dormir, en la que jodiste, en la que tenés recuerdos, así como también tenés recuerdos en tooooooooooooodo el pueblo con dicha amiga.
Tampoco es lindo tener que bancarte discusiones pedoooorras de tus viejos después de seis años de separados, por una BOLUDEZ atómica, escenitas por parte de tu vieja, contestaciones fuera de lugar por parte de tu viejo, y un amague de agarrarse a las piñas. O sea, no es que no lo haya vivido antes, OBVIO QUE SÍ, porque mis viejos, pese a que son buenas personas y me dan todo lo mejor, son dos pelotudos y hacen esas pelotudeces delante de sus hijos incluso después de separarse -sé que muchos otros padres lo hacen, pero aún así, jode-.
Y encima, hace un montón que no sé nada de un amigo al cual extraño y con el cual me encantaría hablar ahora.

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