14 de octubre de 2009

El corazón de Valentina comenzaba a latir a mil por horas nuevamente.
Sería un sueño todo eso? O de verdad estaba pasando?.... De verdad Noah Grown, esa persona que hasta hacía un mes atrás le parecía tan lejana e inalcanzable, la estaba abrazando, tomándola por la cintura, y acercando su cara mas y mas a la de ella?.
Sin pensarlo ni un segundo, Noah, levantó unos centímetros a Valentina, sentándola arriba suyo, con las piernas abiertas, quedando el en el medio, y ellos dos, cara a cara, de nuevo.
Y mientras la tomaba por la cintura, le dedicó una mirada furtiva, hacia sus ojos, hacia los ojos llenos de vida de Valentina, llenos de amor.
Ella le devolvió esa mirada, mirada que él sostuvo por varios minutos, hasta que de repente miró su boca, y volvió a mirarla a los ojos, como avisándole, lo que estaba por pasar.
Y la besó...
Y ni siquiera yo, podría explicar lo que sintió Valentina en ese momento. Como sentía que el corazón se le iba a salir del pecho otra vez, como sentía esas cosquillas en todo el cuerpo, esas "mariposas" en la panza, como su mente parecía encontrarse en un estado de éxtasis total.
No tenían noción del tiempo, ni del espacio, ni de lo que pasaba o podía llegar a pasar. Estaban tan ocupados en mantener ese beso que los unía, en hacerse suyos mediante aquel beso.
Cuando ya no pudieron besarse, despeinarse, y tocarse más, Noah la volvió a levantar, para apoyarla suavemente en la cama, con toda la delicadeza y amor posible, como si ya estuviera acostumbrado a ese tipo de cosas, como si fuera un experto en ello.
Ella estaba "acostada" en la cama, mientra él estaba arriba suyo, dejando caer todo el peso de su cuerpo en sus brazos, apoyados en la cama, mientras le besaba el cuello y la hacía volar de nuevo.
Le sacó la remera y se dejó caer un poco mas sobre su cuerpo, para besarle los hombros con mas tranquilidad.
Ella parecía no darse cuenta, solo quería embriagarse en él, y con él...
Noah comenzó a sacarse su chomba, y ella lo ayudó, y mientras el la besaba del cuello para abajo, ella solo atinaba a tomar con su cabeza con las manos, y desacomodarle todo el pelo.
El le desabrochó el pantalón, y ella se incorporó de repente, y mientras se terminaba de sacar el jean ayudada por él, lo besaba y lo besaba.
Cuando ya solo tenía la ropa interior nada más puesta, ella fue quién lo recostó a él y se le puso encima.
Sentada sobre él, con las piernas abiertas, comenzó a besarlo ella, y a desabrocharle su pantalón.
Fue besándole el cuello, luego los hombros, luego el pecho, y así fue bajando, y bajando...
Bajando hasta donde sabía que debía detenerse.

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