4 de noviembre de 2009

La entrevista siguió con preguntas triviales. Como qué pensaba de la gira, qué pensaba sobre el futuro de la banda, qué pensaba del último cd, y esas cosas.
Al día siguiente todo el mundo hablaba de las fuertes declaraciones de Valetina Nelet. Pero a ella no le importaba. Con tan solo una semana de haber convivido con Draft, había aprendido como funcionaban las cosas, en el mundo de las estrellas de rock.




Los conciertos en Manchester habían sido geniales, pero los de Edinburgo, Sunderland, y los de Irlanda y Portugal habían estado muy buenos también. Valentina pasaba gratis (naturalmente) a todos ellos. Y no solo eso; los periodistas no perdían ocasión para fotografiarla en algún bar nocturno junto a la banda, o en los conciertos, o en donde fuera. Cada vez que Valentina salía, era como si los fotógrafos y paparazzis se confabularan para agarrarla justo en el momento indicado.
Valentina al principio trataba de taparse cuando la fotografiaban o de ocultarse de los periodistas. Pero luego fue aceptando su condición "mediática", por así decirlo, y se dejaba ver en las fotos, haciendo gesticulaciones con las manos, tales como el famoso "Fuck you".
Ya habían pasado mas o menos un mes y medio de que Noah y Valentina se habían conocido, y de que ésta última se uniera a la banda. Y digo "se uniera" porque de alguna forma, Valentina, ya era parte de la banda.
Era mucho más que "la fanática que se acuesta con el guitarrista exitoso". Era como un miembro más de la banda. La sexta Draft.
Había pasado poco tiempo, pero era como si se conocieran de toda la vida.
Estaban en Londres, y la banda había decidido tomarse un descanso. Un descanso corto de más o menos dos semanas, así William podía cuidar un poco más su voz (sí, con cigarrillos y alcohol), y todos los otros podían sosegarse de la gira un poco.
En realidad, todo eso era una excusa para poder seguir de fiesta en fiesta, y tener un poco más de tiempo libre. Pero, qué importaba? Los fanáticos esperaban. Sabían como eran los miembros de Draft.
Valentina se quedaría con Noah en su casa de Londres.
Era una casa digna de un guitarrista de una banda exitosa.
Era de dos pisos, y adentro, tenía por lo menos quince ambientes. Había cinco dormitorios, una cocina, una sala de estar, cuatro baños, un comedor, un pequeño estudio en el que Noah a veces grababa cosas, o componía, aunque Noah casi siempre componía en un cuarto privado que tenía él, plagado de cd's, guitarras, vinilos, algunos premios como Grammy's, etcétera.
El jardín de la casa era enorme, y estaba muy bien cuidado. Tenía una pileta, también enorme, con el agua clara, y limpia, y había reposeras en el borde de la pileta.
Casi todas las habitaciones tenían balcón, y un armario amplio cada una.
Valentina nunca había visto una casa tan grande, y con tantas habitaciones y baños.
Eso y ni hablar del Rolls Royce que había en el garage (también bastante grande).
- Lo conducís vos? - preguntó Valentina al ver semejante auto.
- Jaja, no! Es demasiado grande, me perdería en él. - rio Noah, y Valentina también.
Noah Grown no era lo que se decía 'alto' ni 'grandote'. Medía aproximadamente 1, 65 m.
A Valentina siempre le habían gustado los altos, o bueno, no siempre, pero sí la mayoría de las veces. Pero Noah era la excepción.
Ella lo veía hermoso, cosa que su madre siempre le discutía, fundamentando que era "bajito, cabezón, y feo".
Pero para Valentina no era así.
Lo más lindo que tenía Noah eran los ojos. Eran ojos color verde agua, pero a veces se ponían mas celestes. Lo mismo pasaba con los ojos de William.
Los ojos de Noah expresaban muchas cosas. A veces, parecían algo cansados, y otras veces, dejaban ver una especie de sufrimiento, de años atrás.
Cuando tocaba la guitarra, solo, en alguna habitación de la casa, parecían demostrar nostalgia, o tristeza.
Eran ojos tan llenos de todo.
Cuando cantaba para Valentina, guitarra en mano, de vez en cuando la miraba, y entonces era ahí cuando los ojos de Noah, transmitían sentimientos, con una mirada llena de ternura y Valentina apenas podía contener esas lágrimas que sin darse cuenta se le escapaban. Pero ya no le daba vergüenza llorar frente a él. Porque él, era parte de ella, y hacía ya mucho tiempo de eso, incluso antes de conocerse.

2 comentarios:

  1. Asi como que me enamoré de Noah.
    Y no te preocupes Valentina, mi vieja piensa las mismas cosas de un tal Noel.

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  2. Ai Lula y Vale, por qué será que todas las madres piensan asi de ese tal Noel?
    Lo que daría para que 'Noah' me cante a mi solita :)

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