Se acostó y diez minutos después oyó que alguien habría la puerta de su cuarto. Era Noah.
Ella se dio cuenta, y se hizo la dormida.
El vaciló un poco en "despertarla" o no. Prefirió no hacerlo, y bajó al vestíbulo.
Valentina no durmió en toda la noche, y a las siete de la mañana, cansada de dar vueltas y vueltas en la cama, se levantó, se bañó y comenzó a vestirse.
Ya vestida se dispuso a armar las valijas. Estaba convencida de irse de vuelta a su país.
Mientras guardaba algunas prendas, las lágrimas caían por su rostro. Comenzó a recordar cosas vividas con la banda en esos dos meses.
Sentía que el dolor le apuñalaba el pecho. Pero... qué iba a hacer allí? Después de los problemas que había generado en la banda.
Secándose las lágrimas, levantó el tubo del teléfono de la suite y llamó a una Aerolínea.
Sacó un pasaje para Argentina a las doce del mediodía exactas. Naturalmente, puso el pasaje a nombre de Noah.
"No creo que le moleste" pensó. E igual, tenía planeado dejarle la plata del pasaje sobre la cama.
Estuvo acostada en la cama con las valijas armadas durante como una hora y media. Casi se quedaba dormida cuando escuchó que alguien abría la puerta.
Se sobresaltó y vio que ese alguien era Noah. Él vio las valijas armadas y clavó su mirada en Valentina, como preguntándole con los ojos que pretendía hacer.
- Me voy a ir. - dijo ella sin siquiera saludarlo.
- A dónde? - preguntó él haciéndose el que no entendía.
- A Argentina.
Noah se quedó en silencio por unos minutos. No podía permitir que Valentina se fuera. Estaba perplejo.
- Valen, quiero que hablemos.
- Ya está, Noah. Ya no tiene sentido que hablemos nada.
- No, sí que tiene sentido. Tiene sentido y lo sabés. Que no quieras hablar es otra cosa.
Esta vez fue Valentina quién se quedó callada. Bajo la mirada, como evitándolo.
- No quiero que te vayas. - dijo él con los ojos llenos de sinceridad.
- Pero Noah, vos no te das cuenta de que todos los problemas que tiene la banda ultimamente son por mi? Porque no controlo lo que digo, no mido. Y lo de ayer también. No me controlé. No controlo lo que hago. Sé que estuve mal. Pero qué esperabas que hiciera?! Dejé que esa tarada viniera y ocupara mi lugar en la banda. No quería que también ocupara mi lugar en tu vida. - Valentina parecía estar a punto de largarse a llorar. Noah se sentó en la cama, frente a ella.
- Valen, nadie va a ocupar tu lugar. Ni en la banda, ni en mi vida tampoco. Además, no sé qué te hizo enojarte tanto... - le respondió Noah.
Valentina lo miró y pareció enojarse.
- Qué me hizo enojarme tanto?! Vos me estás cargando, Noah?! Se te estaba re tirando encima, y vos la tenías ahí, agarrada de la cintura. Y yo como una infeliz buscándote.
- Bueno, pará, calmate y tratame bien. De lo poco que me acuerdo después de inhalar, es que vos la agarraste a Jackie y se armó todo un lío, y empezaron a pelearse. - Noah de verdad no se acordaba de tener a Jackie agarrada de la cintura. Y claro, las drogas no son buenas para la memoria.
- Ah claro, ahora me vas a decir que no te acordás. Está bien, Noah, está bien. - Valentina se cruzó de brazos, dispuesta a no hablarle a Noah.
- En serio no me acuerdo. Pero está bien, si no me querés creer no me creas. No voy a morirme por eso.
Además, no sé por qué te enojás tanto. No somos novios ni nada de eso. - le dijo él levantándose repentinamente de la cama. Valentina lo miró llena de furia.
- No, no somos novios. Pero igual te enojaste cuando viste que William me sacaba en brazos de aquel pub de Venezuela. - dijo ella, aún sentada en la cama. Ese comentario de Noah realmente le había dolido.
- Pero... pero... eso fue diferente. Aparte no. Si yo no estaba celoso... te confundís, chiquitita. -
Valentina ODIABA el 'chiquitita' y Noah lo sabía.
- Ah sí, no estabas celoso? No parecía.
Bueno, sabés qué? tenés razón, como no somos novios, yo me puedo ir tranquila sin que me importe o influya en mi decisión tu opinión.
Noah la miró seriamente.